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diariodeunavampiresanovata

-La promesa que te hice en el bosque -contestó mientras desplegaba unos colmillos la mar de recuperados para haber sufrido tantos accidentes- La promesa de que si tú me liberabas yo te convertiría en vampiro.

 

Y ni corto ni perezoso se arrojó sobre mi sin darme tiempo para decir esta boca es mía o “no, gracias, me lo he pensado mejor, ahora no me interesa” o “estoy sin depilar, mamarracho, me voy a quedar como Espinete para toda la eternidad”.

 

El vampiro me sujetó la cabeza firmemente un microsegundo antes de hincarme los dientes con tal ímpetu carnívoro y tan poca delicadeza que en seguida me quedé sin aliento para intentar protestar siquiera. Sin embargo si me hubiese visto a los ojos se hubiese dado cuenta de que a través de ellos le estaba llamando de todo menos bonito.

 

“Merluzo, que eres un merluzo. A buena hora se le ocurre a este cretino venir a transformarme. Más de una semana de paseo con él para que se animase a hacerlo (que si venga a sacarlo del cementerio, que si ahora meterlo en el sótano, que si después invitarlo a la cena de Fin de Año) y, cuando ya estoy desesperada por una llamada del Jonhy y tanto me da que a él lo parta un rayo como que se lo meriende una tribu de chupasangres caníbales, va y se presenta como si tal cosa.”

 

-Arrggggg...

-Lo sé, lo sé, duele, pero sólo será un momento.

 

“Si sabes que duele no sigassss, pringa’o. ¡Que elegiste el día para sacar a relucir tu vena caballerosa! En el bosque no había tantos remilgos para incumplir la palabra, dejarme allí tirada y salir por piernas en plan Bambi, sin mirar atrás. Pero justamente hoy te has tenido que levantar con el modo Varón Dandy activado, dispuesto a cumplir todas tus promesas pendientes”.

 

-Argf, argf...

-De nada, de nada -el muy cenutrio aún se creía que le estaba dando las gracias- Si te soy sincero, desde mi creación jamás me había sentido tan libre como cuando me retuvisteis en el ataúd, alejado de la tiranía de Brigitte y su simpático chihuahua. Hoy, simplemente, he venido a devolverte el favor. Máxime después de haber hecho un trato contigo.

 

“¡Genial! Resulta que hemos dado con el único vampiro sobre la faz de la Tierra propenso al síndrome de Estocolmo. ¡Esto es genial!. Lo hemos secuestrado, apaleado, puesto a dieta, vestido de Tony Manero y obligado a soportar al grueso de mi familia (literalmente) y aquí está el muy pánfilo dispuesto a evitar que me torturen. Bien es cierto que todos los anteriores fueron hechos accidentales, pero tuvo que sufrirlos a fin de cuentas.

Me pregunto que hará falta para que esta pobre criatura de ultratumba me odie... ¿Ponerle a Michael Bolton en bucle hasta el fin de los tiempos?”

 

-Lo tengo, casi está -farfulló contra mi cuello- Un poco más y seguimos con la transformación. A ver si sale todo bien, porque esto no lo llevo muy ensayado... Ya sabes, es mi primera vez.

 

“¡Lo había olvidado!... ¡Pedazo de descerebrado!, ¿se puede saber qué estás haciendo?. ¿Sabes acaso lo que estás haciendo? Porque sólo a mi me podía pasar algo así: ¡me está convirtiendo un no-muerto primerizo!. ¡Que antes no me importaba porque estaba cegada por el amor, pero después de meditarlo un poco ya no me parece tan buena idea!... ¡Por Dios! ¡Que me mata! ¡Que este chalado me deja seca de verdad! ¡Y luego no va a saber como arreglarlo!. Que esto no funciona como una balsa hinchable, que después no vale con soplar por los agujeritos y listo. ¡Que no me arreglo con un parche, muy señor mío!, ¡que no soy la rueda de una bici!”.

 

-Te daré a beber mi sangre,... -con que íbamos a seguir el método tradicional- ...pero no voy a quedarme para acompañarte durante el proceso. Esto que estoy haciendo está fuera de la ley y en cuanto acabe contigo tendré que poner pies en polvorosa si no quiero que me estaquen como a un pincho moruno... je, je, je.

 

“Sí hasta lo dice con alegría, el muy capullo. Estoy convencida de que se cree muy importante situándose al margen de la ley... ¡Será membrillo! Va a conseguir que los dos acabemos criando malvas. Que uno no puede meter un pollo en el horno y pirarse como si tal cosa. Que si no vigilamos la cocción tal vez se queme el bicho, se incendie la casa o yo me muera de verdad sin que nadie se entere de lo malita que me encuentro.

¡Ayyyyyyyyyyy! ¡Con lo mona que hubiese quedado en el salón de casa haciendo ganchillo en lugar de ir a buscar a un vampiro al cementerio!. ¿Por qué el Jonhy no trato de detenerme... con más intensidad?, ¿por qué vendió nuestra vidas por aquellos infernales 50€?, ¿por qué no se resistió a mi voluntad?”

 

-Jonhy...

-De él no voy a poder encargarme -me anunció Ervigio- Ya me he arriesgado muchísimo evitando la vigilancia que te han puesto a ti, como para volver a exponerme por tu amigo. Además, a él no se le veía demasiado entusiasmado con la vida eterna... Pero siempre puedes transformarlo tú, si al final le interesa.

 

Mi mente no tuvo tiempo para procesar esta última información acerca de vigilancias vampíricas y albondiguillas reticentes a convertirse en chupasangres. Por lo que parecía la apestosa rata voladora, que se había tomado la libertad de actuar como mi creador, estaba llegando al término del proceso. En un rápido movimiento se desgarró a bocados la muñeca y me restregó su sangre por la boca.

 

Evidentemente, enteradísimos Siervos de la Noche, no hubo nada de la dulzura de Edward con Bella, ni un poco de su delicadeza. El estúpido murciélago que estaba introduciéndome en el oscuro mundo de ultratumba, parecía más de la escuela de Blade, pero sin la dotación que se le presuponía a Wesley Snipes (que de esto tengo pruebas), ni el gracejo que por aquel entonces gastaba Stephen Dorff en los vídeos de Aerosmith.

 

Vamos, que el espabilado del no-muerto que me había tocado en gracia, era un auténtico bruto, un animal de cuidado, a pesar de lo cual, cuando hubo terminado, tuvo la sutileza de limpiarme la cara y dejarme semiinconsciente dentro de la cama.

 

-Mañana cuando el Sol se ponga la metamorfosis habrá concluido... con suerte -pero si es que era todo un gracioso, el desgraciado- Ahora pasarás por un estado febril, incluso con alucinaciones, como si hubieses pillado un mal resfriado, pero después de eso se abrirá un nueva vida para ti. Espero que la disfrutes con felicidad... Yo, por mi parte, he cumplido con la palabra dada.

 

Y así, sin más ni más, el que hasta hacía unas horas había sido el hombre de mi vida, se giró y, entre la bruma en la que estaban sumidos todos mis sentidos, lo vi cerrar la puerta a sus espaldas mientras me abandonaba a la incertidumbres que, como si estuviese siendo sometida a un trabajo de vudú, se entremezclaban con las más extrañas visiones que hubiera tenido jamás:

¿Ervigio había realizado todo el procedimiento correctamente?, ¿a la puesta de sol del día 5 yo estaría engrosando las filas de chupasangres de la ciudad?, ¿palmaría del todo en el intento? ¿o mi abuela llegaría a tiempo para chutarme una buena transfusión de sangre y salvarme de una muerte segura?

 

2 comentarios

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Mi queridísima Sierva de la Noche, Sara:

Ervigio se merece ese nombre y muchos más: capullo integral, memo patológico, su espabiladísima Majestad Tenebrosa. Sin embargo no creas que esa escasa lucidez mental es un defecto adquirido al tomar la naturaleza vampírica. Lamentablemente está muy extendida en el género masculino (da igual que estén vivos o a medio palmar, es algo general), y aunque este 2012 tengas la suerte de no toparte con un chupasangres primerizo, te aseguro que lidiarás con mucho tío con la neurona en modo stand-by.

¡PACIENCIA CON ELLOS! ¡Y FELIZ AÑO TAMBIÉN PARA TI!

Sara -

¡¡¡No me lo ouedo creer!!! por favor que sea tan inepto como parece el tal Ervigio (vaya nombrecito) y que haya echo algo mal o que llegue tu abuela o Jonhy o algo....
En fin Feliz Año 2012.