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diariodeunavampiresanovata

EL PÍLORO

 

 

La miré con odio (ella a mí con indiferencia), sin embargo no traté siquiera de sacarla de la furgo. Mi súper oído había captado la sirenas de la policía a la vuelta de la esquina y la intuición me decía que la llamada de cierta madre escandalizada había puesto tras mi pista a la poli del control de alcoholemia. Desgraciadamente, si la “simpática” chihuahua se quería venir de viaje, yo carecía del tiempo suficiente para atraparla y convencerla (=lanzarla por la ventanilla) de lo contrario.

 

Ante lo cual, opté por ignorar su altivo hociquillo “high class” y pisé el acelerador de la furgonalla, que había quedado al ralentí, asumiendo a regañadientes que me tocaba pasear a Miss Daisy

 

No era necesario darle más vueltas, mis queridísimos Siervos de la Noche, había llegado la hora de partir. Debía dejar atrás toda mi anterior vida mortal. No podía continuar bajo el mismo techo que mi familia, que desconocía mi secreto y para la que ahora constituía una amenaza, a pesar de que la sangre no era plato de mi devoción ni mucho menos.

 

Con todos a salvo (incluso las tías gordas y las repelentes primas insecto palo) el momento de abandonar el hogar e iniciar mi independencia no se podía demorar ni una noche más. Mi abuela no tardaría en comunicar a mis padres que su adorada hija, cantante y artista polifacética, huía para triunfar en Nueva York y, aunque era más que probable que el pecho palomo de mi señor progenitor explotase henchido de orgullo por mi exitoso futuro, no era menos cierto que antes que permitir que su inocente pequeña deambulase por el mundo de la farándula en soledad, preferiría dejarse cortar los meñiques de ambas manos (y eso que son los únicos que le caben en las fosas nasales).

 

Con lo que visto lo visto, poner tierra de por medio se trataba de una prioridad. Era necesario alejarme y encontrar un sitio donde ocultarme para pasar el día en previsión de que mi familia peinase la comarca en mi búsqueda, sacando incluso al cuerpo policial de su frenética actividad habitual (léase, café del desayuno, café de las 11:00, café de sobremesa y, entre medias, subidón de cafeína y a archivar denuncias como locos). Porque, desde luego Siervos de la Noche, si hay alguien capaz de poner al trote a una manada de hipopótamas preñadas de 8 meses, ésas son mi abu y mi señora madre. ¡Ni dudéis por un instante de que llorar mi ausencia en la televisión a escala nacional es algo para lo que están más que capacitadas, aunque sea colándose en el parte metereológico! Asumiendo lo cual, ¿qué me quedaba?, ¿huir del país?

 

 

Esa noche al menos no. Para lo que restaba de tiempo antes del alba, con llegar a un sitio alejado y ponerme a resguardo de la mañana, me daba por satisfecha. Sin embargo encontrar el lugar adecuado para una vampiresa novata no era tan sencillo como cualquier mortal podría suponer.

 

Según Mariposita me había demostrado de forma fehaciente, los rayos UV provocan que los chupasangres de verdad entren en ignición. Y ya sé que me diréis que otros incluso van al “insti”, pero insisto que los de verdad, verdad (no esos que huyen del Sol, porque, hij@, soy tan marmóreo y tan brillante que con un poco de luz estoy que deslumbro), el chupasangres medio de verdad no tienen ni anillo mágico (a lo sumo un protector solar factor 50), ni es conde con castillo en los Cárpatos, ni rey con mansión en Lousiana. El chupasangre medio de verdad tiene una furgoneta vieja, el bolsillo semi pelado y ni un mísero ataúd donde caerse muerto... O al menos, eso era lo que tenía yo.

 

Así las cosas me quedaban dos opciones:

 

a) Asaltar un cementerio y meterme en una sepultura abierta para pasar mi trance diurno.

b) Pillar una carretera secundaria, bosque a través, y aparcar la Trade en un sitio recogido, donde poder cavar un agujero en el que soterrarme.

 

Dado que el cementerio era la opción más obvia, incluso para un mentecato como el desaparecido de Ervigio (ojalá Dios lo tenga en su gloria... friéndolo a calambrazos), resultaba preferible la opción b). No fuese a ser que Titina sobreviviese al pequeño follón del WoW y aún tuviese ánimos como para rastrear los camposantos de la zona en busca de su vamperra.

 

A resultas de esta pequeña reflexión, tiré pa’l monte como las cabras, metiéndome por caminitos cada vez más estrechos hasta que el matorral se hizo tan alto que las ruedas no pudieron avanzar ni un centímetro más.

 

-Ahora, a cavar.

 

Y, aunque éste era un comentario formulado en alto exclusivamente para animarme con la acometida, Mariposita se miró de inmediato las patas delanteras para luego clavarme sus gigantescos glóbulos oculares talmente me estuviese informando de que ella, ELLA, de mancharse su diminutas uñitas, na’ de na’.

 

-Menuda novedad...- gruñí mientras saltaba al exterior donde todo empezaba a cambiar.

 

Los ruidos de la noche cedían sus dominios a otros sonidos más palpitantes, mientras el cielo acompañaba esta transición, clareando de forma peligrosa. A mi alrededor la vida comenzaba a desperezarse lentamente porque el amanecer estaba a unos minutos de resquebrajar la noche. No era momento para recriminaciones.

 

Apremiada, miré en torno a mi tratando de localizar una zona libre de matojos donde iniciar la excavación y, dado que aquello estaba muy selvático y una no disponía de tiempo como para ponerse a desbrozar el monte, decidí enterrarme en el mismo senderito por el que la Trade había llegado hasta allí.

 

-¡Coño!

 

Coño, en efecto, avispados Siervos de la Noche, ¡coño!: casualmente esta vez había salido yo de casa sin mi pala para hacer hoyos tamaño fosa de cementerio. ¡Y el Sol a punto de aparecer en el horizonte! Como una loca, me lancé de rodillas sobre el suelo y a dos manos empecé a levantar puñados de tierra por los aires cual cánido desesperado con un tremendo hueso de jamón por esconder.

 

-Mierda, mierda, mierda...

 

Lo peor del asunto es que tampoco me valía quedarme a 10cm. de la superficie, tenía que evitar cualquier posibilidad de que un rayo distraído me friese durante mis horas de sopor. Como mínimo necesitaba 1m. de profundidad, tal vez más. Así que venga a escarbar y venga a escarbar. Pringada de pies a cabeza de tierra mientras el Very Important Perro me observaba con la misma desaprobación con la que un jubilado vigila una obra.

 

-Despreciable animalejo, ¡¿eres o no eres un chucho?!, ¡ven aquí y escarba!

 

Pero, mientras yo me deslomaba bañada en sudor, la muy perra no mostraba la más mínima intención de moverse para echarme una pata. Según me indicaba su húmeda naricilla respingona, a aquella alimaña vampírica le bastaba y le sobraba para sobrevivir el agujero que yo había logrado arañar entre terruños, hierbajos, guijarros y pedrolos de mayor de tamaño.

 

Cuando al fin éste alcanzó, ante su atenta supervisión, una hondura de unos 50cm y unas dimensiones suficientes para contenerme, la bicha saltó a su interior y se acomodó en el medio, plácidamente, con los ojos cerrados, esperando a ser sepultada.

 

-¡De eso nada! -le berreé al ver que las nubes brillaban ya rojizas, avisando de que a la noche le quedaban unos segundos- Tal vez el hueco es demasiado superficial, pero es para mi. ¡Aparta, sabandija infame!

 

Y al dejarme caer a su lado, sacándola de su cómodo reposo para tumbarme yo misma, boca arriba, cual larga era, me di cuenta.

 

-(¡¡¡RECONTRA, CÁSPITA, PARDIEZ, RECÓRCHOLIS!!!)* ¡¡¡¿¿¿Y QUIÉN COÑO ME ENTIERRA AHORA A MI???!!!

 

 

 

*Vocabulario censurado por no ser apto para menores, ni para Siervos de la Noche de bien.

 

8 comentarios

rubi -

me he resignado a que no volveras
y que tendre que quedarme en la duda de que te paso pipipipipi
Jessi where are you?????

Jessi -

¡Estoy aquí, querídisima Rubi, estoy aquí!, no sufras porque soy consciente de que no he acabado de contaros el final de mi triste historia.

Todavía tengo una deuda con mis Siervos de la Noche y tus ánimos me dan fuerzas para saldarla.

I'LL COME BACK.

Jessi (Terminator de día, Vampiresa de noche)

rubi -

Hola Jessi

por favor debemos saber mas de ti
que paso?
eres el unico vinculo que tenemos con lo sobrenatural
Cuentanos!!!!!

Jessi -

Mi muy estimada y queridisísima Sara:

Ciertamente, la vida es corta, aunque seas un casi-inmortal como yo y, la verdad, es que echo de menos ir a ver macizorros a la playuqui por la tarde y salir de picos pardos con la tropa por la noche.

Sin embargo, ya no es sólo la responsabilidad que entraña tener a una rata chupasangres a mi cargo, el problema es que no estoy muy bien vista en el ámbito vampírico... Vamos, que no creo que el Consejo me envíe una invitación personal para el próximo cocktel en el WoW!...

Así que me temo que continuaré con mi dieta forzada y mi reclusión monacal (¡argf, necesito un hombre!), aunque haré un firme intento por mantener informados a todos los Siervos de la Noche.

Jessi (más hambrienta que nunca)

Sara -

¡Menos mal que has dado señales de vida!, yo (como Ciocio) pense que no te habia dado tiempo a enterrarte y un rayo de sol te habia fulminado,pero ya veo que no es asi ¡buf menos mal!, espero que saques tiempo de tu apretada agenda y nos pongas al dia pronto.

¿Porque no andas de picos pardos? la vida es corta y...¡uy perdon! tu eres inmortal, tienes mucho tiempo para irte de fiesta, lo habia olvidado.

Pues nada, aqui nos quedamos esperando.

Tu Sierva de la Noche
Sara

Jessi -

¡Oh, mi querida Ciocio!
Sigo tan no-muertísima como la última vez que supiste de mi, sólo que no encuentro tiempo para poneros al día de mi triste historia, consternados Siervos de la Noche.

Y no creas que es que me estoy dedicando a ver series por internet a razón de 2 capítulos por día o que ando de picos pardos veraniegos de concierto en concierto. ¡Para nada! Ésas serán otras vampiresas sin obligaciones familiares.

Yo saco regularmente a Mariposita de paseo, le limo las uñas y, como sabía que era algo que te preocupaba particularmente, ¡hasta la he chipado!. Sí, sí, amiga CioCio, yo misma(a las horas que me levanto no hay veterniarios abiertos). Ahora ya puedes respirar tranquila porque Mariposita luce un collar con una placa que reza Intel Core i7.

Jessi (y-la-NoMuerte-sigue-iguaaaaaal)

Ciocio -

Estimada Jessy,
Es que realmente te has sofrito con la luz del sol? Es que ahore que estás viviendo la no-muerte ya no te dignas a contarnos a los sí-vivos cómo has resuelto la situación?
Regresa al blog, que no a la vida diurna que es bastante aburrida en general, y cuéntanos.

Ciocio -

Amiga Jessy,
Pero qué poco preparada para la vida en el campo estás. No ves que hay que llevar siempre unas bragas, una quechua, una pala y una linterna en el maletero?