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diariodeunavampiresanovata

Pues por el momento no tenía otra pretensión que mantenerme no-viva el máximo tiempo posible. Luego estaba lo de salvar al albondiguilla (idea que cada vez me parecía más estúpida y sacrificada) y, ya de paso, si no era mucho pedir, conocer a algún vampiro que además de majo, estuviese cachondo. ¡Porque de chupasangres feos y/o asesinos, tenía la agenda llena!

 

-Haz el favor de sacudirte todo eso, querida -me ordenó Brigitte, entre “cuchi-cuchis” y “purruspuspus”dedicados a su chihuahua- Como te expliqué hace un instante, al Consejo no le importa si te empolvas la cara con Sir Thomas o con el Loose Powder de MaxFactor. Sin embargo, se ha generado una expectación tan grande con tu captura, -me pregunto gracias a quién- que nos hemos visto obligados a celebrar el juicio a puertas abiertas. Como comprenderás,... -añadió mientras cubría de besos la cabeza de bombilla de Mariposita-... ante el populacho vampírico no te puedes presentar de esa guisa, porque verían las cenizas, detectarían el olor, comenzarían a sospechar y al final, terminarían pensando que estos jarrones no son más que una colección de ceniceros de lujo.

 

Y desgraciadamente para ellos sería la verdad, pero a mi aquello, en realidad, me la traía floja. Una idea del tipo paranoide-”conspiranoico” acababa de cruzar mi mente y no era capaz de quitármela de cabeza: TITINA ME QUERÍA MATAR.

 

Sí, sí, sí, Siervos de la Noche, así como os lo cuento. Tal vez era mi sexto sentido murcielaguil en plan alarma intermitente o que la sangre para dopaje me tenía más acelerada que si hubiese caído dentro de una marmita de café “express”, pero lo cierto es que allí algo me olía mal y no era mi cuerpo en descomposición. Llamadme desconfiada, decid que la justicia es ciega, que entre vampiros se respeta un estricto código de honor, sin embargo se me había metido entre ceja y ceja que aquel juicio no iba a ser más que una paripé para que la rubiteñida hiciese méritos cargándose a la cretina de la Jessi y mi cerebro daba vueltas en torno a esa idea igual que un chucho ante el sitio ideal para una cagada perfecta.

 

-Así, así...

 

Cuando por fin volví a la Tierra, Brigitte había entrado en fase abuela-arregla-todo-con-saliva y estaba entregada a limpiarme la cara usando un pañuelo mojado en sus babas vampíricas.

 

- Así estás mucho mejor.

 

Buenooo... Sinceramente lo dudaba, pero el aspecto no era mi máxima preocupación en aquel instante. Vale que el plan magistral, al presentarme en el WoW, incluía una confesión pública del asesinato del Alcalde, pero además de admitir toda esa historia de la mega-bruja-chupasangres, yo contaba con tener un par de minutos para pedir clemencia. O lo que venía siendo básicamente: soltar la lagrimita, esbozar en cuatro pinceladas mi dura infancia y reconocer entre sollozos avergonzados que Sir Thomas había abusado de mí repetidamente y en más de una posición indecente (¡quién lo hubiera pillado!). Sin embargo, ahora que analizaba con más detalle el careto luminoso de Titina, empezaba a intuir que en cuanto soltase el “yo maté al Alcalde”, aquellos chupasangres iban a saltar sobre mi, sin darme tiempo a decir esta boca es mía.

 

-Entonces... durante el juicio ése, ¿se me va a permitir explicarme?.

-Por su puesto, querida, por su puesto -contestó la rubiteñida maquinalmente mientras me fumigaba a base de CKOneSchock (la Chanel nº5 ya no era lo bastante juvenil para ella)- ¿Cómo pretendes si no que se enteren de que tú eres la homicida?.

-Pero además de eso,... -insistí-... ¿tendré un momento para contar los motivos que me llevaron a cometer tan terrible asesinato?

 

La nueva regidora se detuvo unos segundos escrutándome con la mirada en busca de algún indicio que le descubriese lo que que estaba pasando por mi mente. La conclusión a la que debió de llegar le cambió repentinamente la expresión y una urgencia inusitada sustituyó a su habitual laxitud de chupasangres pija.

 

-Por supuesto, querida, por supuesto -repitió empujándome hacia la puerta del despacho- Tendrás 20 minutos para contarnos lo que quieras.

 

¿20 minutos? A mi cuerpo aquella respuesta le sonó a “calla-niña-y-tira-pa’lante”, así que inconscientemente comenzó a negarse a dar un paso adelante.

 

-Porque voy a tener un juicio -añadí- Voy a tener un juicio... justo. ¿Verdad?.

-Sí, sí, sí... Claro que sí -sin embargo en los ojos Brigitte sólo veía su apremio por llevarme ante el Consejo- ¡Anda!, que si no te apuras se van a ir todos y no podrás salvar a tu amigo.

 

El dulce recuerdo de mi albondiguilla y su gran destreza a la hora de besar me hizo bajar la guardia brevemente permitiéndole a la regidora arrastrarme hasta el pasillo a tal velocidad que “Sir Thomas” estuvo a punto de caerme de los brazos un par de veces.

 

-Porque soy una vampiresa -reinicié mi asedio mientras la Alcaldesa me llevaba en volandas por el pasillo- Soy una vampiresa y...

-¡Mantén el jarrón derecho! ¡POR FAVOR! -bramó ella ignorándome con descaro.

-Ervigio me dijo que para condenar a muerte-muerte a un vampiro era necesario un proceso judicial.

-Sí, sí... Es necesario un proceso judicial... Pero date prisa.

-Yo quiero un proceso judicial. ¡YO QUIERO MI PROCESO JUDICIAL!.

 

Los taconcitos de Brigitte sonaban ahora a un velocidad frenética, arrastrando en su tintineo a la tapa del jarrón que bailoteaba en lo alto y a mis Converse rojos que chirriaban contra el parqué tratando de avanzar en la dirección contraria.

 

 

-¡EXIJO UN PROCESO JUDICIAL LIMPIO!. ¡EXIJO QUE MI PROCESO JUDICIAL SEA LIMPIO!

-¡Calla! -siseó la traidora- Te están escuchando los no-muertos de toda la ciudad.

-¡PUES QUE ME ESCUCHEN! ¡QUE ME ESCUCHEN HASTA LOS CHUPASANGRES DEL POLO!. ¡¡¡ESTE PROCESO JUDICIAL ESTÁ AMAÑADO!!!, ¡¡¡ESTE PROCESO JUDICIAL APESTA!!!

 

La rubiteñida se detuvo con cara de pocos amigos y, sin soltar sus huesudos dedos de mi antebrazo, acercó su nariz a la mía para espetarme en un hilo de aliento frío:

 

-Si cumples la parte del trato que te corresponde, tendrás tu juicio, pero si sigues gritando como una loca, te aseguro que no llegarás con vida ante el Consejo.

 

Y como podréis suponer, intuitivos Siervos de la Noche, cerré el pico. Porque una es una chica muy cabal y cuando le dan buenas razones para no despegar el hocico, desde luego, no hay más que hablar.

 

2 comentarios

Jessi -

¡Oh amiguísima Rubi!:

¿También tú has tenido problemas informáticos?. ¡¿Se tratará de una conspiración en contra de los Siervos de la Noche?! Porque a mi el ordenador se me quedó "kaput" hace una semanas y ni con toda la sangre vampírica conseguí revivirlo.

Al final, me tuve que agenciar con otro ordenata utilizando, evidentemente, medios poco ortodoxos y dudosamente legales. Y es que, desde que me he convertido en una chupasangres, no logro encontrar una fuente estable de ingresos para comprar mis cosillas. ¡Vamos! que no hay ofertas de trabajo para no-muertos. Y así, queridísima Rubi, tal vez viva eternamente, pero también seré pobre como una rata voladora para toda la eternidad.

¡Ojalá pudiese darle personalmente las gracias a Ervigio por tanta felicidad!

rubi -

No puedo creerlo y es que es totalmente normal que te sintieras un poco nervioso claro que no todos se enfrentan a un juicio con un monton de vampiros sedientos de muerte. si hubiese estado hay me hubieses puesto a gritar junto contigo.
te apoyo al 100% perdon por no haber podido platicar contigo tenia problemas con el internet pero ya me puse al corriente espero con ansias el siguiente aporte me dejas en ascuasssssssssssss