Blogia
diariodeunavampiresanovata

Pero no culpable y punto:

a) era culpable con justificación.- Debía quedar claro que la muerte de Sir Thomas había sido en defensa propia.

b) era culpable por amor a mi mortal albondiguilla.- Yo lo había metido en este fregado y yo iba a salvar su barbilampiño pellejo jugándome el mío.

 

Y es que, debéis saber despreocupados Siervos de la Noche, que responsabilizarse de haberle dado boleto al Alcalde, es lo mínimo que se espera de una una jefa de la manada que, como yo, viva desvelada por su subalternos. Además de ser también una forma efectiva de que se me reconozca finalmente mi valía. ¡Qué ya estoy harta de que todos los méritos le caigan gratuitamente al pelo-pincho-lamido!

 

-Sí, señorías -continué, adelantándome a la única vampiresa del tribunal, que se disponía a intervenir en ese momento- Soy culpable. La única culpable.

 

Un rastro de murmullos de admiración quedó suspendido en el ambiente, disipando mi reticencia inicial a asumir la autoría del crimen. ¡Los estaba dejando fli-pa-dos!

 

-¿Y el mago Jonhdalf? -indagó la jurado3, que a pesar de ser mujer, no mostraba ninguna empatía hacia mi- ¿No participó él en la pelea?

 

-En absoluto. Para nada -otro racimo de “oooohhhsss” me insufló un extra de valor- Lo hice todo en solitario. No tuve ayuda ninguna.

 

Nuevas exclamaciones corearon mis palabras.

 

-Fue un mano a mano -proseguí animada al ver que hasta los chupasangres momia comentaban, no cabe duda, mi proeza sin precedentes- Yo y Sir Thomas, en un duelo a muerte, carente de tregua, dónde sólo podía quedar uno.

 

Más “ohs” y “ahs” y más cuchicheos entre los miembros del jurado.

 

-Yo, yo, y nada más que yo mandé a Alcalde al otro barrio.

 

“oooooooooOOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHhhhhhhhhhhhhh”

 

Una ola de estupefacción recorrió la concurrencia vampírica, tranquilizándome en lo que respetaba a mi actuación en público. Nadie podía tacharme de Miss rubi-tonta de Villa Bobica de Arriba. Jessica, la Bruja Naranja de nivel 10, sabía cómo relacionarse con las más destacadas autoridades. De hecho lo estaba haciendo tan cojonudamente que incluso Titina explotaba de orgullo y satisfación. Vamos, ¡que la sonrisa le destapaba hasta el último molar del maxilar superior!.

 

Visto lo cual, di por finiquitada la parte de la exculpación del albonguilla. Tocaba pasar página, ahora que todos los chupasangres de la sala se hallaban completamente entregados a mi, preparados para oír las sordideces que tenía que contarles acerca de su ex-Alcalde. Sin embargo... ¿Todos los chupasangres? Todos no. Estaba a un paso de comenzar con mi alegato justificador del asesinato, cuando súbitamente mi súper oído de ultratumba se centró en unas vocecillas que hablaban por lo bajini.

 

“Rea de muerte... bishbishbish... rea de muerte”.

 

Eran las estatuas de cera del tribunal, y decían “Rea de muerte”, ¡REA DE MUERTE!. Que es que yo no sé mucho de juicios, pero de la adoración que mi abuela sentía hacia la Pimpinela Escarlata (me refiero a ésta, no a ésta), una cosa me había quedado clara, Madame Guillotine no afeitaba precisamente a los reos de muerte.

 

¿Entonces?, aún siendo una no-muerta como la que más, ¡¿me iban a estacar?!, ¡¿me iban a quitar del medio?!, ¡¿aquellos 5 fósiles del inframundo habían decidido hacerme polvo?! Un vistazo apresurado hacia los butacones de terciopelo me confirmó que sí. Los jurados asentían discretamente como si hubiesen alcanzado un consenso general para darme matarile, mientras, yo ¡¡¡NO HABÍA EMPEZADO SIQUIERA CON LA TRISTE HISTORIA DE MI TRISTE VIDA!!!

 

Sin embargo no era el momento de perder los nervios. Debía mantener la calma (“1, 2, 3... 1, 2, 3”), respirar hondo (“inspira... nnnsssssss... expira... bufffffff”), ordenar mis pensamientos (“defensa propia, defensa propia”), parecer una bruja digna de la mismísima Morgana (“espalda erguida, mirada intensa... buf, buf, buf, 1,2,3”) y, sobre todo, contar de inmediato la batallita del Sir Thomas acosador. Porque la jurado3, que había comenzado a levantarse de su asiento, carraspeaba, aclarándose la voz, y no tenía pinta, ni mucho menos, de que estuviese calentando para Reina de la Noche.

 

-Sus Señorías, quisiera añadir... -me lancé en vista de que allí mandaban a una al otro barrio en menos que pía un pollo- quisiera añadir que... que... eeeeehhhhhh...

 

¿”Eeeeehhhh”?, queridísimos Siervos de la Noche, ¡”eeehhh”!. No os lo vais a creer, pero me había quedado en blanco. Por primera vez en mi vida+no_vida, me faltaban las palabras. Que ya sé que pasa hasta en las mejores familias y a la mentes más privilegias, pero a mi nunca me había ocurrido antes. Y es que también es mala suerte que justo cuando la vampiresa portavoz me miraba con mayor impaciencia, me sobreviniese un subidón de adrenalida que colapsase mis neuronas, secándome la masa gris hasta reducirla a piedra pómez. O lo que es lo mismo, en el peor de los momentos posibles, Jessica, la temible Bruja Naranja de nivel 10, se había auto-convertido en Jessica, la Miss Encefalograma Plano del año.

 

 

-Eeh... eeh... eeh...-para más inri había comenzado a hiperventilar- ... eeehhh... -y la sangre de dopaje no ayudaba en absoluto a mantener el control-... eeehhh... eeehhh... -y aquellas caras de murciélagos pasmados tampoco-... eeeeeehhhhhh...

 

Al fin, sin entender muy bien cómo, algunas de mis conexiones sinápticas se dignaron a funcionar y, tras un considerable esfuerzo, retomé el discurso inicial.

 

-Sir Thomas... Sir Thomas era mi amante.

 

Silencio. Indiferencia. Con todo lo que me había costado arrancar, no os voy a negar que esperaba un poco más de revuelo.

 

-Él abusaba de mi, ¡desde pequeña!.

 

Pues allí no se inmutaba ni un alma. ¿Es que no les funcionaba el corazón?

 

-¡DESDE PEQUEÑA! -insistí- Mucho, mucho, mucho. Abusaba mucho.

 

Que de haberlo sabido, continúo con mis gemidos de oveja que causaban más sensación.

 

-Y por eso planeé hacerme bruja... con el fin de vengarme y acabar con él.

 

Pues, hij@, ¡menuda decepción!. Para ser un notición súper truculento de su adorado ex-regidor, la chusma murcielaguil lo estaba llevando relativamente bien. Cualquiera creería que no me tomaban en serio y simplemente estaban esperando a que cerrase la boca para clavarme la estaca y poder irse a celebrar la Noche de Reyes con total tranquilidad.

 

La súbita sospecha de que ahí había dado en el clavo y también el hecho de que el alguacil enano ya se hubiese apoderado de la estaca, volvieron espolear mi maltrecho sistema nervioso.

 

Por fortuna esta vez, el histerismo no me hacía repetir “eh, eh, eh” como una mema descerebrada. Por fortuna esta vez, aún tenía la posibilidad de decir un par de frases efectistas que enterneciesen los corazoncitos más rancios. Un par frases de ésas que siempre ablandan a un jurado.

 

-... Y ésta es la razón por la que me cargué a Sir Thomas. Para ajustar cuentas y también para poder ayudar a los niñitos que pasan hambre en África... yyyyyy... ¡La paz en el mundo!

 

 

7 comentarios

Ciocio -

Muy sutil, amiga Jessy, muy sutil..

Jessi -

Mi querida Ciocio:

Lo primero que quiero hacer es perdirte disculpas por mi anterior confusión. Es imperdonable que una persona tan sumamente detallista como yo, haya podido confundir tu nombre con el de Rocío.

Por otro lado veo que tú eres una Sierva de la Noche súper sensible, nada rencorosa y que perdona los errores ajenos. O al menos eso es lo que demuestras regresando a este blog dispuesta a comentar.

Ahora que he comprobado la calidez de tu corazón, te conmino a que, en vista de que obviamente eres una recién llegada, no nos abandones y continues leyendo este blog, post antiguos incluidos, porque los vídeos no tiene desperdicio.


La Jessi (tampoco nada vengativa, más bien todo amor)

Ciocio -

Por lo menos no te dio por soltar que Rusia es un país muy grande donde hace mucho frío o que Confucio es el inventor de la confusión...
http://www.youtube.com/watch?v=F-sSooqYisM

PD: Amo a las mises.

Jessi -

¡Oh, mi queridísima Sara!:

¡Es genial volver a saber de ti!, aunque sea para ver como te ríes de mi desventurada situación.

Porque es cierto que esa frase final, viéndola ahora, a toro pasado, es un poco "Miss", como dice Ciocio (no Rocío, ¡que es que ando dixélica!). Pero, amiga Sara, no seas tan dura conmigo. Reconozco que con mi inteligencia he puesto el listón muy alto y que ahora esperáis grandes gestas por mi parte. Sin embargo,
todo gran Siervo de la Noche tiene momentos de ofuscación mental y yo ante el Consejo sufrí una ceguera cerebral total.

Siento haberte decepcionado y sólo me queda decir, tomando las palabras de un gran sabio: "lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir".


La Jessi (vampiresa, Miss y bruja naranja de nivel 10)

Sara -

Hola Jessica bruja naranja de nivel 10, estoy segura que en algun momento esa mente privilegiada tuya reaccionara y saldra de esta, no se como pero...
Aunque esa frase final "Miss" como dice ¿Ciocio o Rocio? es fantastica se nota que en ese momento tenias el encefalograma plano jijiji, huy perdona no quiero reirme de tus desgracias.

Tu Sierva de la Noche

Sara

Jessi -

Queridísima Rocío:

Me alegra conocer a una nueva Sierva de la Noche preocupada por mi desgraciada historia. En estos aciagos momentos, es una alegría saber que todavía cuento con apoyos en el mundo de los vivos.

Sabrás por el blog, amiguísima rubia profesional, que ¡ahora estoy padeciendo la soledad del héroe!, así que, por favor, no dejes de comentar siempre que puedas.

Y recuerda, Londres es la capital de Inglaterra.


La Jessi (emo, vampiresa y mujer de mundo)

Ciocio -

Me encanta el momento Miss final. Como rubia profesional que soy te aseguro que eso nunca falla. Espero tener razón porque de otro modo, a menos que el Johny retome el diario para contarnos tu trite final, nos quedaremos "sin". Vuelve pronto, y sobre todo no te dejes estacar, mujer.